MANY MOONS, UN VIAJE NO ES SUFICIENTE
Sé de muchísimas personas que más que una boda o un matrimonio, mueren por planear su luna de miel. La pasión por el descubrimiento y los viajes ha crecido tanto entre las parejas jóvenes que han impuesto las many moons y es que seamos sinceros, ¿por qué tener una luna de miel cuando puedes tener varias?
Suena como a una idea muy básica, no es cómo que los millenials sean la primera generación en haberlo pensado, pero, definitivamente, es una tendencia que ha cobrado mucha fuerza debido al ritmo de vida actual.
La tradicional luna de miel que consistía en un primer gran viaje para los recién casados y simbolizaba el inicio de una vida nueva en unión, se ha transformado un poco y, antes de decir “si, acepto”, hay un par de cosas que tener en consideración.
Las many moons son una manera mucho más práctica de disfrutar algunas vacaciones en el primer año de casados. Si rechazas la idea de un viaje de dos semanas en la playa más bonita del mundo o conociendo un nuevo país, puedes aprovechar puentes y días festivos para tomarte un descanso del mundo real cuando empiece a volverse demasiado rutinario.
Resulta un tanto económico, práctico y le permite a la mente la suficiente dispersión para relajarse sin aburrirse. Así recorres más lugares, construyes más recuerdos y disfrutas de muchas mini vacaciones con el amor de tu vida oficial.
Para muchas parejas, tener varias lunas de miel representa, más allá del nombre que le queramos dar al viaje, una oportunidad de conocer el mundo antes de comenzar una familia: disfrutar de la vida de recién casados y hasta alargar esa emoción inicial o prolongar la fase lunamielera al mantenerse repleto de novedades.
Ahora bien, ¿cómo planearlo? Puede ser muy sencillo. Comiencen por elegir cinco destinos (sí; cada uno, por separado) que quieran conocer y compartir. Comparen sus respuestas y lleguen a un acuerdo, pueden elegir las que tengan una vibra similar o bien optar por los opuestos absolutos. Si tienen lugares que están cerca uno del otro, pueden fusionar la idea y darse el gusto.
Después saquen un calendario y encuentren los periodos en los que su trabajo pueda prescindir de su presencia. Aprovechen vacaciones oficiales, días festivos, y fines de semana largos para que la organización fluya naturalmente.
Finalmente, disfruten. Cada viaje, cada destino, cada velada en un lugar que no es su hogar se convertirá en parte de su matrimonio hasta que la muerte los separe. Así que disfrútenlo y creen recuerdos dignos de contarle a sus nietos.