Bacné: La pesadilla de la piel grasa
Desde la adolescencia, es muy común descubrir uno de los grandes problemas de la piel: el acné. Aunque muchos lo sufren en el rostro, hay algunos pocos que lo tienen en otras zonas, como la espalda. Fue allí, donde se le dio este nombre que proviene del inglés por la palabra back (espalda) y acné.
Aunque puede aparecer en cualquier persona debido a causas genéticas, estudios han demostrado que es más frecuente en los hombres, ya que su piel en esa zona es un poco más gruesa. Mientras que, en las mujeres, suele ser un problema relacionado con cambios hormonales, como la menstruación o el embarazo.
Pero existen otros factores que también influyen. Principalmente, como ya se mencionó, la genética es un factor determinante, especialmente si se tiene la piel grasa. Pero también puede afectar una mala alimentación, el consumo de tabaco, el estrés, malos hábitos de higiene, exposición al sol, algunos medicamentos o cosméticos, trastornos del sueño e incluso, si tienes el cabello largo, el contacto continuo con tu piel desnuda o el exceso de vello en la espalda.
Al final, esta parte, además de la cara y el escote, contiene más glándulas sebáceas en comparación con otras zonas del cuerpo, por lo que son más propensas al acné, ya que este es causado por la formación de grasa y suciedad en estas glándulas.
Prevenirlo, es más sencillo de lo que imaginas, pero los resultados dependerán mucho de tu genética y el medio que utilices.
Es importante que consultes a tu dermatólogo de confianza, él podrá brindarte un diagnóstico certero y sugerirte una rutina cosmética o una prescripción médica.
No olvides la importancia del protector solar; debe tener un factor de protección de 50 SPF. De preferencia que sea especial para pieles grasas y que no contenga hidratantes u otros adicionales.
Además, el tener una rutina de limpieza y exfoliación, es clave para eliminar las células muertas y el exceso de grasa, lo que ayudará a prevenir la obstrucción de los poros.
Finalmente, usa ropa suelta y de algodón. Lávala con regularidad, sobre todo si sudas mucho o haces deporte. Cambia tus sábanas cada semana y, si es necesario, aumenta la frecuencia en época de calor. Pero, sobre todo, no toques ni exprimas los granitos.
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